Sanoja: Ismael Serrano. Naves Ardiendo Más Allá De Orión. Jóvenes Y Hermosos.
:
La lluvia suspendida en los neones
arana mis pulmones y el barniz
rojo metalizado del coche que te ve salir
del metro de Callao, envuelta en una nube
de cenizas y Tresor,
cansada como el humo de mi boca,
como el dia en que dijiste adios.
Rubia, ?que haces aqui?
Esto esta lejos de tu barrio.
Y el dulce bisturi
de la memoria, el viejo tacto
de tu mejilla, me corto.
Tomate algo conmigo
antes de que ardan las aceras,
de que la primavera acabe y cuentame
que hiciste en este tiempo,
dime que estas bien.
Entremos aqui mismo, ?te casaste?
No me digas...
Jefe, un par de canas.
Confiesa que me buscaste
entre los escombros,
en las ruinas del alma.
Dime que aun recuerdas
el asiento de atras del coche,
los mirones del parque,
cesped en mis pantalones
y la certeza de sentir.
Mirabas siempre al sur,
joven y hermosa.
Decias que tras la autopista
me esperabas para huir.
Mirabamos al sur, no fui tan lejos
por no encontrar al otro lado
las certezas que perdi.
Y esta claridad.
Yo sigo con mi lucha y mis canciones
y para morir joven ya soy viejo
-nunca fue mi afan-.
Que la vida iba en serio
ya te aviso un poeta,
y como a mi, hiciste bien,
tampoco lo escuchaste.
Por eso te segui hasta el precipicio,
y acaricie las luces de tu estambre.
Me dejaste la guerra,
y los manojos de ortigas.
Te fuiste con mi aliento,
con mis discos de Sabina
y la llave del porvenir.
La herrumbre de los anos te respeta.
Otra cerveza. ?Como que te vas?
Con las prisa de siempre, rubia.
Sigues igual.
Bueno, tienes razon,
algo hemos cambiado.
Nos agoto el reloj.
Tu te cambiaste de tinte,
yo cada dia miento peor.
Te acompano hasta el metro.
No, mujer, que no es molestia,
y si te faltan refuerzos:
mi telefono en tu agenda
y la certeza de sentir.
Mirabas siempre al sur,
joven y hermosa.
Decias que tras la autopista
me esperabas para huir.
Mirabamos al sur, no fui tan lejos
por no encontrar al otro lado
las certezas que perdi.
Y esta claridad.
Y esta claridad
La lluvia suspendida en los neones
arana mis pulmones y el barniz
rojo metalizado del coche que te ve salir
del metro de Callao, envuelta en una nube
de cenizas y Tresor,
cansada como el humo de mi boca,
como el dia en que dijiste adios.
Rubia, ?que haces aqui?
Esto esta lejos de tu barrio.
Y el dulce bisturi
de la memoria, el viejo tacto
de tu mejilla, me corto.
Tomate algo conmigo
antes de que ardan las aceras,
de que la primavera acabe y cuentame
que hiciste en este tiempo,
dime que estas bien.
Entremos aqui mismo, ?te casaste?
No me digas...
Jefe, un par de canas.
Confiesa que me buscaste
entre los escombros,
en las ruinas del alma.
Dime que aun recuerdas
el asiento de atras del coche,
los mirones del parque,
cesped en mis pantalones
y la certeza de sentir.
Mirabas siempre al sur,
joven y hermosa.
Decias que tras la autopista
me esperabas para huir.
Mirabamos al sur, no fui tan lejos
por no encontrar al otro lado
las certezas que perdi.
Y esta claridad.
Yo sigo con mi lucha y mis canciones
y para morir joven ya soy viejo
-nunca fue mi afan-.
Que la vida iba en serio
ya te aviso un poeta,
y como a mi, hiciste bien,
tampoco lo escuchaste.
Por eso te segui hasta el precipicio,
y acaricie las luces de tu estambre.
Me dejaste la guerra,
y los manojos de ortigas.
Te fuiste con mi aliento,
con mis discos de Sabina
y la llave del porvenir.
La herrumbre de los anos te respeta.
Otra cerveza. ?Como que te vas?
Con las prisa de siempre, rubia.
Sigues igual.
Bueno, tienes razon,
algo hemos cambiado.
Nos agoto el reloj.
Tu te cambiaste de tinte,
yo cada dia miento peor.
Te acompano hasta el metro.
No, mujer, que no es molestia,
y si te faltan refuerzos:
mi telefono en tu agenda
y la certeza de sentir.
Mirabas siempre al sur,
joven y hermosa.
Decias que tras la autopista
me esperabas para huir.
Mirabamos al sur, no fui tan lejos
por no encontrar al otro lado
las certezas que perdi.
Y esta claridad.
Y esta claridad
Serrano, Ismael
Naves Ardiendo Más Allá De
Serrano, Ismael
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